Usuarios del Metrobús denunciaron el crecimiento exponencial de los asaltos dentro de las propias unidades y frente a la vista de pasajeros; policías encargados de “resguardar” la seguridad en las estaciones tienen detectada a una banda de jóvenes que busca principalmente a mujeres que viajan solas para despojarlas de celulares, carteras, joyas y hasta los tenis.
El tramo que registra más atracos es el que corresponde a la línea Indios Verdes-Caminero, a pesar de estar en constante movimiento, pues atraviesa toda la avenida Insurgentes. Los delincuentes aprovechan lo saturadas que van las unidades para acercarse a ellas sigilosamente, amagarlas con una navaja a la altura de los pulmones y simulando que son novios o amigos muy cercanos, las abrazan para después decirles al oído que no intenten nada, que ni siquiera griten porque nadie las va a ayudar.
Ese instante toma por sorpresa a todas las víctimas, quienes observan cómo ningún pasajero se percata de la situación. En cuestión de segundos, el delincuente dice a las mujeres que suelten la bolsa, que dentro depositen celulares, carteras y todo lo que se puedan quitar.
El atraco dura lo que el Metrobús tarda en llegar de una estación a otra; para cuando esto sucede, el maleante ya tiene el botín en la bolsa y en cuanto se abren las puertas sale caminando como si nada, aprovechando que la mujer está petrificada, incrédula de lo que acaba de suceder. Para cuando alcanza a reaccionar el camión ya arrancó, demasiado tarde porque ni siquiera alcanza a observar que rumbo tomó el asaltante.
“Me quitaron hasta los zapatos”
Diana, a quien se le cambió el nombre para evitar represalias, fue víctima de estas bandas que han aprovechado la poca vigilancia, el ajetreo diario y la indiferencia de los pasajeros para “hacer su agosto” en el Metrobús. La mujer asegura que el incidente fue tan rápido y ante la mirada de testigos que aún no cree el hecho.
“Fue en la estación antes de llegar a la del Valle, era muy temprano, antes de las diez porque apenas iba a mi trabajo, pero sí había gente. Muchos estaban en su teléfono y no se dieron cuenta o no se quisieron dar cuenta. Un joven se acercó por la espalda y como si fuéramos novios o muy amigos, me abrazó”.
“Yo tenía mi bolsa en la espalda y eso lo usó para esconder la navaja que traía, despacio al oído me dijo que ahí echara todo, y así lo hice. Después me pidió que me quitara los zapatos y también se los llevó; ese acto me dejó petrificada, me desarmó quitándome los zapatos porque no daba crédito a que me estaban robando dentro del Metrobús ante la mirada de todos y que nadie me ayudara”, expuso la mujer.
Manuel, un policía adscrito a la seguridad de los usuarios en la estación Durango del Metrobús, revela que al día por lo menos cinco personas denuncian un robo a bordo de las unidades; sin embargo, él está imposibilitado para ayudar, porque si se mueve del punto donde fue asignado, le causaría una sanción administrativa en el trabajo.
APROVECHAN QUINCENA
Además, asegura que ya tienen detectados a los asaltantes, así como la hora y los días en los que se incrementan los asaltos; estos ocurren por las mañanas, los objetivos son mujeres con teléfonos nuevos o de moda, bien vestidas y con bolso, siendo los días más activos para los delincuentes, los lunes por las mañanas y las tardes de fin de semana o de quincena.
“Son unos chavos quienes hacen todo eso; ya los tenemos ubicados, pero desafortunadamente no nos podemos mover de aquí y aunque avisemos a la otra estación, el ladrón abandona la unidad”, agrega.
Los mismos afectados aceptan que nadie ha puesto la denuncia correspondiente ante las autoridades porque saben la tardanza que esto representa y califican estos delitos como menores.

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