Pagó $900 por su hemodiálisis, la pasaron, pero al verla me dijeron que la llevara a otro hospital "porque ellos no podían atenderla”, dijo la prima. Les devolvieron su dinero y una vez afuera se dieron cuenta que ya estaba muerta.
Personal médico Hospital Materno Infantil “Dolores Sanz”, ubicado en la colonia Guerrero, se negó a darle la atención a Guadalupe Ramírez Vizcaína porque "su condición era grave y los médicos no se consideraron capaces de estabilizarla".
A escasos metros de la entrada, Guadalupe falleció en la calle, sentada en su silla de ruedas, mientras sus primas lloraban su partida. El cadáver permaneció al menos dos horas en la calle Estrella, en la banqueta, cubierto por una cobija y protegido por sus dos familiares.
“Ya había pagado su hemodiálisis, fueron 900 pesos, la pasaron hacia otra sala pero al verla me dijeron que la llevara a otro hospital, que me fuera al Hospital General porque ellos no podían atenderla”, dijo la prima de Guadalupe, quien abrazaba el cadáver de la mujer y se preguntaba por qué si la vieron tan grave, el hospital no tuvo la iniciativa de pedir una ambulancia para su traslado.
El dinero fue devuelto y las tres mujeres se dirigieron hacia la salida y una vez afuera se dieron cuenta que la mujer de 32 años ya estaba muerta. “Yo la sentí fría adentro, ya estaba inconsciente y así nos pidieron que nos fuéramos, pero yo creí que todavía respiraba. Cuando llegamos a la calle fue que pedimos la ayuda porque ya no se movió”, relató la prima.
El hospital continuó con sus actividades, pero al ver a las autoridades y a los medios de comunicación, cerraron las puertas y no atendieron a más pacientes. Sólo la mujer vigilante del lugar explicó que el mismo procedimiento se sigue con los pacientes que llegan en condición grave.
“Eso se hace con todos los pacientes delicados, aquí no se les puede hacer nada... la señora no tenía cita y las enfermeras de hemodiálisis la vieron muy mal por eso la mandaron al Hospital General”, dijo la guardia.
Habían tomado un taxi en Valle de Chalco para que Guadalupe tomara su tratamiento de hemodiálisis, quien padecía diabetes e hipertiroidismo.
“En el camino la vi bien, no hablaba mucho, pero traía los ojos abiertos, yo la bajé y la senté en la silla de ruedas y estaba viva”, comentó el taxista, quien permaneció apoyando a las jóvenes mientras esperaban en levantamiento del cadáver y realizaban su denuncia contra el hospital.
Debido a que la causa de muerte de la mujer fue enfermedad la PGJDF no intervino y sólo se encargó de trasladar el cuerpo al anfiteatro. Será la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) quien, en caso de que exista una denuncia, se encargue de definir si la clínica cometió negligencia al negar el servicio médico.
En su página oficial, el hospital Dolores Sanz se ufana de ser una fundación caritativa 'sin fines de lucro' que proporciona atención médica a bajo costo para personas que no tienen acceso a otros servicios de salud. Su misión, según el mismo sitio es:
MISIÓN: Proporcionar atención médica integral, no sólo a madres y niños, sino a toda persona que necesite ser atendida oportunamente con calidad para satisfacción del mismo.
Con información de Siete 24
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