Son varios los elementos que pueden estar provocando una reducción en la transmisión de datos inalámbrica, y tendemos a culpar inicialmente al mal rendimiento del router o bien a las dimensiones de la casa, que por una vez nos parecen excesivas. Sin embargo, en buena parte de las ocasiones, la simple ubicación del enrutador marca la diferencia entre poder acceder a internet en condiciones, o bien hacerlo de mala manera o directamente no navegar.
El operador estadounidense Comcast debía de estar harto de comprobar cómo los técnicos del call-center perdían interminables horas al teléfono intentando solucionar las llamadas que protestaban por la débil señal wifi en la casa de sus clientes, y al final determinaron que el router estaba muy mal ubicado en buena parte de los casos.
Son varios los elementos que pueden estar provocando una reducción en la transmisión de datos inalámbrica, y tendemos a culpar inicialmente al mal rendimiento del 'router' o bien a las dimensiones de la casa
¿Cómo poner fin o paliar esta avalancha de llamadas que estaban consumiendo valiosos recursos del soporte? Con una clarificadora entrada en su blog oficial en la que se explica con todo lujo de detalle dónde no colocar el router y cuál es su ubicación ideal, y todo ello sin hacer que el cliente se sienta ofendido ante la evidencia de algunos de sus consejos.
Ya se sabe, uno llama a la atención del cliente protestando porque no va el ordenador y una de las preguntas puede ser “¿Ha comprobado que está bien enchufado el cable de la electricidad?”, una obviedad tan absurda como necesaria, a la vista de los casos en los que, efectivamente, no estaban enchufados los ordenadores.
La lógica manda: en lo más alto y en el centro
Al final, el router se ha convertido en ese mal necesario, con un diseño que salvo honradas excepciones definitivamente no enamora, y que tratamos de colocar de una manera lo más escondida posible. Este dispositivo suele terminar así rodeado de cables, bajo la tele o incluso escondido en armarios, y por norma general, tocando el suelo.
Pues bien, el router es un equipo que emite la señal de forma inalámbrica, y aunque ésta puede atravesar obstáculos, lo cierto es que cuanto más directa sea, mucho mejor será la calidad y velocidad de conexión.
Así, Comcast apunta con el dedo acusador a varias de las ubicaciones típicas que ha ido reuniendo de las llamadas de sus clientes y que debemos evitar a toda costa:
1. El suelo: explican que este dispositivo es como una bombilla, y cuanto más alto esté más luz dará.
2. Rodeado de cables y de electrodomésticos: sí, la ubicación ideal, estéticamente hablando, es bajo el televisor, junto al DVD y la consola, pero nos recuerdan que estos dispositivos pueden interferir seriamente en la señal inalámbrica, elevando además la temperatura del router, algo no deseado para la calidad de la conexión wifi.
3. Ventanas o entrada: además de desperdiciar parte de la señal que llegará a los vecinos, esta ineficiente ubicación supone un riesgo para la seguridad del usuario.
Así las cosas, la ubicación ideal es la más lógica: en el centro del domicilio y en la posición más alta posible y lejos de obstáculos. Seguro que es la menos estética, pero la que mejor resultados nos proporcionará. PC Mag sugiere además consejos un poco más técnicos para aumentar la señal, como probar diferentes canales o bien directamente asegurarse que el equipo cuenta con la última versión del firmware.
En lo que respecta al canal, este consejo es especialmente indicado en aquellas viviendas en las que uno pueda ver decenas de redes wifi de los vecinos que estén saturando el espacio inalámbrico y haya que probar alguna vía más despejada.
Tener cualquier dispositivo en el exterior (o en una zona externa que no controlemos) en el que un atacante pueda tener un acceso físico nunca es una buena idea
Si ya ha probado con todo lo anterior y aun y todo sigue con una velocidad baja (contando con que la señal sea aceptable), puede resultar muy recomendable reiniciar el router de vez en cuando, y de esta manera también nos aseguramos que cuenta con la versión del software más optimizada.
Hemos mencionado antes la importancia de alejar el dispositivo de zonas al alcance de manos ajenas, no sólo por una cuestión de eficiencia de la señal, sino también por seguridad. En este sentido, Dani Creus, analista de seguridad de Kaspersky, nos recuerda que “tener cualquier dispositivo en el exterior (o en una zona externa que no controlemos) en el que un atacante pueda tener un acceso físico nunca es una buena idea”. Si desea abrir su WiFi para que otros lo usen, hágalo, pero use una buena suite de seguridad personal, comenzando por un firewall. Instale HTTPS Everywhere en su navegador para encriptar sus comunicaciones lo más posible.
Creus recomienda además “probar colocar el router en diferentes ubicaciones, e ir mirando con el portátil cuál es la que mejor cobertura nos ofrece evitando las interferencias de otros dispositivos”.
Si todas estas recomendaciones fallan, siempre existe la posibilidad de hacerse con un amplificador de wifi. Estos dispositivos son baratos y fáciles de configurar. Se conectan al enchufe de forma similar a los matamosquitos eléctricos, y extienden la cobertura a otras zonas de la casa.
Recuerde usar una tarjeta inalámbrica de buena calidad ('rompemuros') y moverla de forma que esté apuntando al router. Coloque la antena en posición vertical y en un sitio alto.
Con información de El Confidencial
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