El sitio lenguajecorporal.org ha recopilado una serie de consejos respecto a la forma de conducirse para evitar ser asaltado:
En un estudio realizado en 1984 por Betty Grayson y Morris Stein, se le pidió a convictos de asalto a mano armada, violaciones y asesinatos que le dieran un vistazo a la grabación de una concurrida acera neoyorquina. ¿La razón? pedirles que identificaran a cúales personas escogerían para asaltarlos.
Aunque cada uno de los criminales vio la grabación por separado, los científicos se sorprendieron al descubrir un marcado consenso en cuáles son las características que definen a un “blanco fácil”, o un transeúnte susceptible de agredir.
Estas señales son llamadas precipitadores, y los maleantes las detectaban inconscientemente en los transeúntes sin importar su género, edad, raza o complexión física. Algunas mujeres de contextura menuda eran descartadas, mientras que algunos hombres corpulentos eran seleccionados como víctimas factibles.
Estos delincuentes están más activos en diciembre, pues el pago de aguinaldos, cajas de ahorro y la distracción de las personas aumentan las posibilidades de éxito.
Las actitudes más resaltantes de los “blancos fáciles” eran las siguientes:
- Caminar inseguro: Desde que el mundo es mundo, los depredadores han enfocado sus fauces a los más lentos de la manada. Si lo proyectamos a la actualidad, las personas proyectan indefensión cuando caminan demasiado lento arrastrando los pies, o cuando lo hacen de manera frenética y apurada demostrando ansiedad.
Lo que debes hacer: Los científicos denominaron “Sincronización estable” al ritmo ideal de caminata: ni demasiado rápido o lento.
- Parecer perdido o confundido con su destino: Cuando una persona se encuentra nerviosa, es posible que dude el camino que deba tomar. De repente frena en seco en una esquina, duda viendo hacia ambos lados y finalmente cruza… para luego frenar de nuevo y regresar hacia el lado opuesto. Los violadores valoran este tipo de actitudes en sus víctimas pues sienten que pueden dominarlas (Para ellos no es tan importante el sexo, tanto como el juego de poder del sometimiento).
Lo que debes hacer: Además de tener un ritmo de caminata estable, planifica mentalmente tu ruta y “fluye” por ella sin titubear.
- Mantener el mentón bajo y la mirada perdida: En este sentido, las cosas han cambiado mucho desde los años ochenta. Ahora prácticamente caminamos pegados a nuestros teléfonos… lo que baja nuestro mentón y ya sabemos que eso nos hace ver más bajitos e incluso indefensos. Estar distraído también es un imán de problemas, pues los criminales siempre buscarán tomarte por sorpresa.
Lo que debes hacer: Mantente alerta de tu entorno y la gente que te rodea, especialmente si estás en un lugar que no conoces bien. Asegúrate de mirar a la cara con una expresión neutral. Esto disuade a la mayoría de los asaltantes pues es una señal de poder. Sin embargo, si detectas a alguien sospechoso es mejor cruzar la acera o meterse a algún lugar seguro de una forma natural y fingiendo no haberlo visto. Recuerda que muchos ladrones mientras caminan hacia uno evalúan si no viene acompañado o si trae algún arma.
Caminar con el mentón en alto reduce en 18% las posibilidades de un asalto.
- Alardear de tu solvencia económica: el Criminólogo Richard Wright de la Universidad de Missouri asegura que la mayoría de los ladrones ven la vida como un sistema injusto, y que la demostración pública que hacen los demás de sus bienes, puede avivar esa rabia contenida.
El científico hace hincapié en que esto no necesariamente tiene que ser manifestado con joyas o autos caros; cualquier joven “con cara de fastidio”, ondeando una vistosa tableta digital de última generación despertará estos impulsos muy fácilmente.
Lo que debes hacer: pues ser precavido y no exhibir en público señales que denoten una holgada tarjeta de crédito.
- Detenerse a hablar con extraños: Calvin Donaldson ha estado en prisión por años luego de asaltar a una pareja que detuvo, preguntándoles una dirección. Él mismo nos recomienda: “Una vez que un criminal logra que te detengas a hablar con él, estás abriendo la posibilidad de ser atacado. Simplemente no te detengas”.
Lo que debes hacer: Mantente en movimiento y alerta, especialmente cuando vayas a entrar a tu coche.
- Tratar de negociar o resistirse: Si sólo se trata de un robo, el psicólogo criminal James Arey recomienda asumir la actitud de “hombre gris”. No te desesperes, no hables y entrega exactamente lo que se te pide.
Con información de lenguajecorporal.org y Proyecto 40
0 comentarios:
Publicar un comentario