Esa fecha era, precisamente, la que se anunció en un principio para su estreno hasta que un ataque de piratas informáticos, procedente del país asiático según el FBI, filtró decenas de miles de documentos de los estudios de cine, y un grupo autodenominado Guardianes de la paz amenazó a los espectadores del filme, que simula la muerte de Kim Jong-un, con sufrir consecuencias similares a las víctimas del atentado terrorista del 11 de septiembre.
La decisión de suspender su estreno por parte de Sony fue consecuencia también de la determinación de varias cadenas de exhibición de no proyectar la película para evitar posibles represalias. Al mismo tiempo que se producía una escalada internacional del conflicto entre EE UU y Corea del Norte (que niega su responsabilidad), diferentes estrellas de Hollywood, encabezadas por el actor George Clooney, criticaron vehementemente la decisión de Sony, considerándola un ataque intolerable a la libertad de expresión.
En este mismo sentido, se pronunció el presidente de EE UU, Barack Obama. “Sony no debería de haberse dejado intimidar, debería haberme consultado”, dijo Obama. Desde la intervención del presidente americano, Corea ha sufrido apagones de Internet
Sony permitirá, así pues, la distribución en las salas de la película, dirigida por Seth Rogen y Evan Goldberg, que costó 44 millones de euros. El fundador de la cadena de cines Alamo Drafthouse, Tim League, ha anunciado en Twitter que Sony les ha autorizado a proyectar la película. El Plaza Atlanta, por su parte, ha informado de que el 25 de diciembre estrenará la película. Un teatro de Nueva York ha programado, además, la lectura del guion de la película el 27 de diciembre.
EFE
Me parece muy bien no haber cedido ante amenazas. La libertad de expresión es muy importante y otro país no debe inmiscuirse, menos uno tan dictatorial como Corea del Norte. Corea del Norte niega estar implicado, pero dudo que alguien más quiera sabotear tal función.
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