Pero Philae está en problemas. El sistema de anclaje falló y los arpones que debían fijarse a la roca no cumplieron su labor. Los científicos esperaban lo peor, sin embargo, de pronto Philae logró contacto con tierra firme y dos de sus tres patas de soporte tocaron el suelo. Esto detuvo el movimiento aleatorio de la sonda, aunque dicha maniobra de rebotes duró dos horas y la desvió mucho de su punto de aterrizaje planeado.
Esto ocasionó dos problemas: primero, Philae no está fijada con los arpones, dependiendo sólo de la fuerza de gravedad para no perderse en el espacio. Y segundo, se encuentra en una zona cercana a un precipicio donde recibe luz solar sólo tres horas al día, lo cual no está cerca de las siete horas diarias que requiere para mantenerse funcionando de matera autónoma.
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