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jueves, 30 de octubre de 2014

Acusan a narcopolicías de #Veracruz de levantar y torturar a estudiante de la UV

Anon Hispano - 11:38 a.m.
Catedráticos y universitarios de manera pública denunciaron que un alumno de Historia de la Universidad Veracruzana (UV) fue víctima de desaparición forzada y tortura por parte de policías de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz, quienes se lo llevaron, la semana pasada, en una patrulla sin placas ni número, para mantenerlo en prisión en el cuartel de San José.



El nombre del estudiante fue reservado por razones de seguridad, tampoco estuvo presente en rueda de prensa por las mismas razones. Fueron sus compañeros universitarios quienes dieron lectura a su testimonio a modo de denuncia pública, ya que no confían en una denuncia ante el Ministerio Público ni la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pues lejos de protegérsele, afirman, si se hicieran las denuncias podrían desencadenar en una persecución o incrementar el riesgo para el joven estudiante.

El estudiante de Historia narra en su testimonio escrito que “el jueves 23 de octubre, a las ocho y cuarto salí de Humanidades, pues la asamblea ya se acercaba a su fin, vi un sujeto parado en la esquina de la Facultad y noté que llevaba un radio en su mano, no lo pelé mucho y seguí caminando, me fui por Mártires 28 de agosto y como a mitad de la avenida el mismo tipo se paró rápido frente a mí y me dijo: queremos hablar contigo. Cuando escuché el queremos lo primero que hice fue voltear y vi que estaba una patrulla pintada con los colores de la estatal pero no tenía número ni placa, en su interior había tres sujetos vestidos de civil. De nuevo miré al sujeto de frente porque continuó hablándome, me preguntó que cuál era mi relación con humanidades, que si había estado en la asamblea y a qué acuerdos habíamos llegado.

“Entonces dos de los que estaban en la camioneta ya se habían bajado y parado atrás de mí. Me tomaron por la espalda y me treparon a su camioneta. Rápidamente me pusieron una chamarra en la cabeza para que no pudiera ver adónde me llevasen. Me ingresaron al Cuartel de San José, yo protestaba preguntando por cargo o delito, pero ellos se rieron contestando que no necesitaban de excusas o razones, que nos podían levantar cuando les diera la chingada gana. Les dije entonces que los iba a denunciar, pero me dijeron que aquí nadie pelaba esas madres.

“Entre insultos y empujones me pusieron dentro de una celda, me sentaron en una silla. Comenzaron de nuevo a interrogarme: qué tienen pensado hacer, cuántos líderes hay. Les respondí que nada, que vamos a tomar clases, que no hay nada de líderes, que todos somos compañeros y que todos somos iguales.

Entonces uno de ellos dijo: a ver cabrón pásame el gas, ahorita va a hablar. Yo les pregunté que qué me iban a hacer, pero rociaron gas pimienta sobre un trapo y lo colocaron sobre mi rostro, al retirarlo me dijeron que si hablaría, mientras uno de ellos azotaba su macana contra la reja una y otra vez como queriendo asustarme. Les dije que no, que me iba a callar y a guardarme todo.

“Entonces uno salió y regresó con varias botellas de litro de agua pura y unos periódicos, los cuales empezaron a mojar con el agua, no sé para qué eran o qué pensaban hacer con ellos, porque cuando me exigieron que me acostase y yo me negué, uno de ellos puso su bota en mi pecho y arrojó al suelo. Entonces los chavos que estaban detenidos en las celdas contiguas comenzaron a hacer ruido y a gritarle a los policías, les preguntaban por mi delito y les exigían que me dejaran en paz porque se veía que yo no había hecho nada. Entonces, antes de salirse, los policías nos dijeron que nos iban a chingar a todos; yo le pregunté que porqué si no estábamos cometiendo algún delito, pero ellos me dijeron que eso les valía verga, que ellos podían hacer lo que quisieran cuando quisieran, y si me quejaba o iba a denunciar no iba a lograr nada porque en las oficinas nadie me iba a hacer caso.

“Nos dijeron que nos iban a chingar por andar en mamadas. Después de eso salieron de la celda y les exigí la llamada a la que tengo derecho, pero sólo se rieron y no regresaron sino hasta el día siguiente cuando entró a mi celda un policía, éste sí traía uniforme, los otros estaban de civil, y me abrió la reja, por lo que yo me paré y salí de ahí sin firmar nada. Cuando vi la hora supe que me habían soltado a las cuatro de la tarde del día siguiente”, concluye el testimonio.

En torno a los hechos, estudiantes de Humanidades dijeron que los hechos implican “tortura, levantamiento forzado, una clara violación a los derechos humanos y a los tratados humanos que México ha firmado pero no ha respetado”.

Además, agregaron que no es el primer caso de desaparición forzosa de un estudiante, pues hay hechos documentados desde 2012.

Con información de Imagen del Golfo
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