A 29 años del sismo de 8.1 grados en la escala de Richter que cambió el rostro urbano de la capital mexicana, el registro fotográfico y fílmico con que cuadrillas de ingenieros dieron cuenta de la magnitud de este fenómeno representa hoy un legado en la historia de los habitantes de la Ciudad de México.
El trabajo que personal de Ingenieros Civiles Asociados (ICA) inició horas después del sismo y que inicialmente tenía la finalidad de registrar los daños con objetivos técnicos, actualmente forma parte de un acervo histórico compuesto de planos aéreos, fotografías a pie de banqueta y testimonios fílmicos.
“Cuando ocurrió el sismo se voló prácticamente toda la ciudad para ver los daños que se habían producido”, relata la doctora Rosa María Ruiz, directora de la Fundación ICA, encargada de la conservación y resguardo de la colección que cuenta con documentos que datan de los años 30 y que fue incluida en el programa Memoria del Mundo de México de la UNESCO.
Entre las fotografías que durante cinco días levantó personal de esta compañía en el sector que comprendió la delegación Cuauhtémoc y parte de la Benito Juárez, se encuentran imágenes aéreas de las 757 construcciones dañadas en el Centro Histórico, en la colonia Roma, y otros puntos de reunión ubicados en distintos cuadrantes.
Las tomas fotográficas y de video de esta colección se tomaron en el área que comprende el Circuito Interior al norte y poniente, División del Norte y Eugenia en el sur, y Calzada de la Viga y Circunvalación al oriente, donde se concentró el mayor daño en la capital. En ellas aparecen hoteles, cines, teatros, y edificios de uso público como escuelas, oficinas y hospitales que resultaron con colapso o daños parciales.
El presidente de ICA, Bernardo Quintana, menciona que aunado a la labor de rescate, demolición y extracción de escombros, en la que participaron cerca de 2 mil personas al mando de esta compañía, durante las horas posteriores al movimiento telúrico se puso en marcha el registro que hoy es parte de la memoria histórica del país.
“Unos días después del sismo se hizo un vuelo con el que se fotografió prácticamente toda la ciudad, principalmente la zona más afectada. Existe en un video del que se sacaron fotografías. En este aparece, por ejemplo, el hotel Regis con su estructura colapsada. Aparece también el inmueble que estaba en la esquina de Córdoba y Tabasco, donde también colapsó toda la estructura. También tenemos de las afectaciones serias en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. También hay fotos de la Unidad Benito Juárez que tuvo gran afectación.”
Los primeros resultados que este material trajo para el perfeccionamiento que se hace al monitoreo de los movimientos sísmicos en la capital fue la donación que la Fundación ICA, fundada a partir de este suceso, hizo a la Ciudad de México en 1993 de todos los documentos, libros y registros sismográficos.
Ruiz Vilá dice que este acervo tiene proyectada la digitalización y conservación de estos documentos —incluidos los que pertenecen al sismo de 1985— para su georreferenciando en Google Earth.
Material fílmico
Sobre el material fílmico que se levantó en los cinco días posteriores al sismo del 19 de septiembre destacan cuatro documentales con diferentes tiempos de duración. El primero expone de manera breve las estadísticas de los edificios dañados de gravedad, así como los servicios urbanos que resultaron dañados, mientras que el segundo hace un recuento del impacto social de este fenómeno natural.
Un tercer video, que dura casi una hora, explica de manera técnica el fenómeno sísmico y singulariza el caso de este evento y expone después una explicación de las características del suelo en diferentes puntos de la ciudad, que desencadenaron mayores afectaciones en unos puntos, frente a otras zonas menos dañadas.
Un cuarto video expone secuencias y explicaciones de las demoliciones a las que por fuerza se sometieron distintos edificios, como algunos que formaban parte del conjunto habitacional de Tlatelolco. Fragmentos de estos videos estarán hoy disponibles en el portal de El Universal.
Bernardo Quintana menciona que uno de los usos posteriores que se hizo a la documentación que se generó por este sismo fue la publicación de un libro por parte de la Fundación ICA, en el que se hace un análisis técnico de las circunstancias del temblor, que proyectan publicar nuevamente con motivo del 30 aniversario del terremoto que cambió el rostro de la Ciudad de México.
Con información de El Universal
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