El recinto, que ha funcionado por más de 50 años ha sido foco de concentración de basura y delincuencia, por lo que la contaminación, insalubridad e inseguridad atentan contra la estabilidad de los vendedores y visitantes. O eso afirma el municipio de Lima.
Unos 300 comerciantes se atrincheraron este viernes en las adyacencias del popular mercado “La Parada”, ubicado en la capital de Perú, para evitar la clausura del lugar pese a la orden emitida por autoridades municipales el pasado domingo.
Esta negativa de los comerciantes a ser reubicados en otro lugar reavivó las tensiones del 2012, cuando cuatro personas perdieron la vida durante enfrentamientos entre fuerzas policiales y manifestantes que se negaron a ser desplazados del lugar.
Vista satelital del mercado La Parada |
Algunos de los comerciantes del lugar y sus familiares marcharon rumbo a la sede del Congreso con la intención de anular la orden municipal emitida el pasado domingo por la mandataria local, Susana Villarán. Al final su objetivo no pudo cumplirse debido a que la policía impidió la llegada de los manifestantes al bloquear las vías de acceso.
“La Parada” es un mercado popular donde han funcionado numerosos comercios por más de 50 años en el distrito de La Victoria (este de Lima), donde se han concentrado grandes cantidades de basura y los índices de inseguridad han incrementado con el transcurso del tiempo; lo que obligó a la alcaldía local a cerrar las instalaciones.
La dirigente de los comerciantes, Ida Ávila, señaló que no se retirarán del lugar porque son propietarios de los terrenos en donde funcionan los pequeños comercios. Esta versión contradice lo anunciado por la gerente de fiscalización municipal, Susel Paredes, quien indicó que no tienen constancia de propiedad y han sido denunciados por usurpación.
El mercado “La Parada” concentró la mayor producción de alimentos, frutas y hortalizas del país; de donde partían la mayoría de estos rubros para su distribución por todo el territorio nacional.
Algunos de los comerciantes ya han sido trasladados al mercado de Santa Anita, también al este de la capital, donde cuentan con mejor ordenamiento y protección policial. Sin embargo, algunos de los trabajadores continuaron sus labores en el lugar luego de los enfrentamientos con la policía en 2012.
“El local es propiedad del municipio y administrado por el Servicio de Parques" destacó la alcaldesa Villarán; que posee un proyecto para la construcción de un parque de 30 mil metros cuadrados con áreas verdes, locales deportivos y centros culturales para combatir a la delincuencia.
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