- Hubo negligencia médica, acusan
DAÑOS. Madre soltera, Guadalupe se encuentra ahora postrada en cama sin poder luchar por su hija, de apenas 11 años. (Foto: AGENCIA QUADRATÍN ) |
Una indígena chinanteca de San Felipe Usila quedó parapléjica luego de que le fuera practicada una cirugía menor, el pasado el 24 de agosto de 2013.
Guadalupe Mendoza Hernández, de 34 años de edad, fue hospitalizada en esa fecha en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la ciudad de Tuxtepec, Oaxaca, para ser intervenida quirúrgicamente de una colecistectomía, que consiste en la extracción de la vesícula biliar y que le fue realizada por el cirujano Edgardo González. El anestesiólogo fue Fernando Noé Romero Concha.
Transcurridas las tres horas de la operación, los familiares de la paciente solicitaron informes, sin embargo, la recepcionista les dijo que no se preocuparan, ya que era una cirugía menor y que no presentaba ningún peligro. No obstante, fue hasta pasadas las 20:00 horas que el médico les dijo que todo había salido bien, pero que no podían sacar a la paciente del quirófano por falta de cama, narró Saúl Mendoza, hermano de la afectada.
Indicó que a pesar de la insistencia ya no recibieron otra noticia y tampoco les fue permitido ver a su familiar sino hasta el día siguiente, domingo 25 de agosto, cuando el personal médico les otorgó la autorización correspondiente.
Al ver Guadalupe Mendoza Hernández a sus hermanos les comentó que “no sentía los pies” ni tampoco tenía movilidad, situación que ella había informado al médico una vez que despertó de la operación, pidiéndole además que le comentara de ello a sus hermanos, a lo cual el médico le contestó que ya tenían conocimiento, cuando lo único que les fue informado era que “la cirugía había salido bien”.
Aunado a lo anterior, y aun con las condiciones de Guadalupe, sin movilidad en sus extremidades inferiores, el director del IMSS, Fidel Ángel Galeana Esquivel, y el doctor Edgardo González señalaron a los familiares que la darían de alta, situación que no aceptaron.
El 28 de agosto, Guadalupe Mendoza fue referida a un hospital particular ubicado en Covadonga, Veracruz, para que se le hicieran estudios de resonancia magnética, pero los médicos le dijeron que ya no podían hacer nada para que recuperara la sensibilidad y movilidad de sus extremidades, y que iba a quedar parapléjica de por vida.
Posteriormente, el 4 de septiembre, la paciente fue enviada al hospital del IMSS en Puebla, donde los neurocirujanos confirmaron que por el tiempo de evolución no había ningún manejo quirúrgico que ofrecer, ya que el pronóstico de recuperación con cirugía transcurridos 12 días es nulo, por lo que la paciente fue trasladada nuevamente a su unidad de envío, a fin de que se iniciara su rehabilitación.
Ante la insistencia de los médicos de dar de alta a Guadalupe, los familiares tomaron la decisión de acudir a las oficinas del delegado estatal del IMSS, en ese entonces Luciano Galicia, para solicitarle que fuera atendida en algún otro hospital de la institución, y por ello fue internada en el Hospital Rural “O” número 18 de Huajuapan de León, Oaxaca, para recibir terapia de rehabilitación.
“Es evidente la negligencia médica y falta de responsabilidad en la que incurrieron los médicos, pues al haberse dado cuenta del error cometido debieron enmendarlo de manera inmediata y practicado el drenado de sangre, como nos lo hicieron saber en el hospital de Puebla, así no se hubiera quedado parapléjica”, comentó con tristeza Saúl, el hermano de Guadalupe Mendoza.
La indígena chinanteca es madre soltera, tiene una hija de 11 años, su labor era de costurera con muchas ganas de salir adelante, y ahora vive en la desesperación mirando las paredes de su humilde hogar, por lo que solicita la intervención del gobernador del estado, Gabino Cué Monteagudo; del Congreso local y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para que la apoyen y se le haga justicia.
El Universal
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